Cuántas veces no hemos saludado a alguien, hemos ignorado a alguien sólo por quien es, tratas de conocerla y nada de esa persona te gusta, pues; mírate a ti primero, quienes somos para juzgar a las personas por sus actitudes y comportamientos, recordemos que todo tiene una razón de ser.
El niño maltratado por sus padres sera un futuro amargado, sin confianza en si mismo o agresivo, reflejo propio de su crianza, la mujer maltratada por su marido, será una persona triste, con rabia sin animo de nada, el empleado agobiado por su jefe será una persona incapaz, desconfiada y con mucha frustración en su vida profesional.
Todo esto es una cadena que si no la paramos seguirá creciendo, mira más allá de lo que Dios quiere contigo, no ignores más a esas personas que sufren en silencio, más que juzgarlas por quienes son, mira que las hizo lo que son ahora, siéntate con ellas, ayúdalas, apoyalas en lo que necesiten, escúchalas y guialas a tomar la decisión correcta y la actitud correcta.
Juzgar no puede cambiar al mundo, pero escuchar puede cambiar a muchos corazones.
Dios te bendiga
No hay comentarios:
Publicar un comentario