Dios creó al hombre a Su imagen y semejanza, dándole autoridad. Así, Adán dio sus primeros pasos consciente de que Dios estaría eternamente a su lado.
Viendo el Señor que el hombre estaba solo, creó una mujer, para ser su auxiliadora. En la Creación, Eva no era a imagen y semejanza de Dios (Génesis 2:21-24), sino del hombre.
Ella representa el cuerpo y Adán la cabeza. Veamos lo que escribió el apóstol Pablo, en su primera carta a los cristianos de la ciudad de Corinto:
“Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.” 1 Corintios 11:7-9
Todo el servicio de la mujer de Dios es presentado a través del marido. Si la mujer asumiera su verdadera posición en el matrimonio, no existirían tantos problemas en la familia.
El esposo, al llegar en casa, desea encontrar a su querida esposa esperándolo, ansiosamente, en la puerta, con una sonrisa en el rostro. Con su hogar limpio y acogedor, exhalando paz al final de un día tan atareado.
Sus hijos, aseados y felices, también están esperando a su papá; una cena saludable y rica en la mesa, para toda la familia; la ropa limpia y planchada en el armario; las toallas limpias, para un baño agradable, al final del día. Sábanas perfumadas, para un sueño profundo y cálido, y una charla saludable, sin mencionar las cuentas.
La mujer necesita ver a su marido como al Señor Jesús. Vamos a acompañar la orientación del apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Efeso:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Efesios 5:22-24
La razón principal de la infelicidad de muchas mujeres es porque no logran ver a sus maridos así. Y pasan a ser un cuerpo sin cabeza. Y todo cuerpo necesita de la cabeza.
Veamos algunos ejemplos de mujer virtuosa en la Biblia: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas” (Proverbios 31:28-29).
La mujer de Dios vivía para servir a su marido y, por causa de eso, Dios la halló digna de ser mencionada en Su Palabra como un ejemplo de mujer. Veamos qué más dice el apóstol Pablo:
Viendo el Señor que el hombre estaba solo, creó una mujer, para ser su auxiliadora. En la Creación, Eva no era a imagen y semejanza de Dios (Génesis 2:21-24), sino del hombre.
Ella representa el cuerpo y Adán la cabeza. Veamos lo que escribió el apóstol Pablo, en su primera carta a los cristianos de la ciudad de Corinto:
“Porque el varón no debe cubrirse la cabeza, pues él es imagen y gloria de Dios; pero la mujer es gloria del varón. Porque el varón no procede de la mujer, sino la mujer del varón, y tampoco el varón fue creado por causa de la mujer, sino la mujer por causa del varón.” 1 Corintios 11:7-9
Todo el servicio de la mujer de Dios es presentado a través del marido. Si la mujer asumiera su verdadera posición en el matrimonio, no existirían tantos problemas en la familia.
El esposo, al llegar en casa, desea encontrar a su querida esposa esperándolo, ansiosamente, en la puerta, con una sonrisa en el rostro. Con su hogar limpio y acogedor, exhalando paz al final de un día tan atareado.
Sus hijos, aseados y felices, también están esperando a su papá; una cena saludable y rica en la mesa, para toda la familia; la ropa limpia y planchada en el armario; las toallas limpias, para un baño agradable, al final del día. Sábanas perfumadas, para un sueño profundo y cálido, y una charla saludable, sin mencionar las cuentas.
La mujer necesita ver a su marido como al Señor Jesús. Vamos a acompañar la orientación del apóstol Pablo a los cristianos de la ciudad de Efeso:
“Las casadas estén sujetas a sus propios maridos, como al Señor; porque el marido es cabeza de la mujer, así como Cristo es cabeza de la iglesia, la cual es su cuerpo, y él es su Salvador. Así que, como la iglesia está sujeta a Cristo, así también las casadas lo estén a sus maridos en todo.” Efesios 5:22-24
La razón principal de la infelicidad de muchas mujeres es porque no logran ver a sus maridos así. Y pasan a ser un cuerpo sin cabeza. Y todo cuerpo necesita de la cabeza.
Veamos algunos ejemplos de mujer virtuosa en la Biblia: “Se levantan sus hijos y la llaman bienaventurada; Y su marido también la alaba: Muchas mujeres hicieron el bien; Mas tú sobrepasas a todas” (Proverbios 31:28-29).
La mujer de Dios vivía para servir a su marido y, por causa de eso, Dios la halló digna de ser mencionada en Su Palabra como un ejemplo de mujer. Veamos qué más dice el apóstol Pablo:
“… La doncella tiene cuidado de las cosas del Señor, para ser santa así en cuerpo como en espíritu; pero la casada tiene cuidado de las cosas del mundo, de cómo agradar a su marido.” 1 Corintios 7:34
Mujer, usted puede dar lo mejor de sí a favor del necesitado, pero si no está sirviendo a su marido, no será aceptada por Dios.
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