Entre las muchas cosas que afectan la vida del adolescente, sin duda alguna, su vida sentimental es una de las principales.
Cuando somos niños, nuestros sentimientos generalmente se centran en la familia (padre, madre, hermanos).
A medida que vamos creciendo, comienza a despertarse en nosotros una atracción por personas del sexo opuesto (si por casualidad esa atracción es por otra persona del mismo sexo, o sea, un deseo de homosexualidad, no debe enfrentarse como algo normal; este joven debe buscar inmediatamente la liberación espiritual de esta fuerza maligna contraria a la voluntad de Dios).
Ese tipo de sentimiento se puede notar muy temprano en la vida. Es cuando el muchacho se apasiona por la profesora o la compañera del colegio; la muchacha sueña con aquel galán de cine o cantante popular y a veces se apasiona por un primo o un vecino.
Es completamente normal que esto suceda. Pero pronto ellos van a descubrir cuan pasajeras y ligeras son esas “pasiones”.
AMOR VS PASIÓN
Como lo falso se diferencia de lo verdadero, así la pasión se diferencia del amor.
El sentimiento de pasión es altamente engañoso, y es allí que está el peligro. Muchos son los que se han casado, o hasta se han entregado sexualmente a alguien, fuera del matrimonio, movidos simplemente por una pasión. ¡Y cuan amargos recuerdos y frustraciones han sufrido!
El Señor dice:
Es necesario que sepas diferenciar el sentimiento de pasión del sentimiento de amor.
La pasión, por ejemplo, generalmente está basada en la apariencia exterior y física.
Entonces cuando tu, muchacho, te sientes atraído por la belleza física de aquella muchacha, no es más que una pasión.
Cuando tu, muchacha, te sientes atraída por la conversación y por la hermosura de aquel muchacho, acuérdate que eso es una pasión.
La pasión generalmente es ciega. Esto es, hace a la persona incapaz de ver las incompatibilidades existentes, las cuales probablemente harán que aquella relación no funcione. Es un sentimiento engañoso.
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