19 abr 2011

Serie elegida para el Altar - 4

"Me gusta el pastor asistente.” 
Eso sucede a menudo, la obrera se enamora del pastor asistente y quiere casarse con él de todos modos. 
Pero existe un pequeño problema, no tiene un llamado para el altar, pero no está pensando en eso, ella ahora quiere estar con la persona que ama, sin preocuparse de nada más. 
Casarse con un pastor no es lo mismo que casarse con un abogado o un maestro. El hombre de Dios necesita una mujer de Dios a su lado, que también tenga el llamado de Dios para el altar y que esté dispuesta a renunciar a su propia vida.
De lo contrario, ella no puede ser feliz, ni tampoco hacerle feliz, pues aunque lo ame, estará en un ambiente extraño para ella y acabará frustrada en la obra de Dios.
Pues el pastor piensa en la obra de Dios, en cómo ayudar a la gente, qué más puede hacer por el pueblo. Si ella no tiene la misma visión, va a pensar en sus propios placeres, en salir, distraerse, en ocupar el tiempo con sus amigas, porque en realidad, no siente placer en las cosas de Dios y la obra se vuelve para ella una carga, algo aburrido. 
Así que, sé sincera. Si no quieres servir en el altar, no puedes casarte con un pastor, pues la obra de Dios no se puede realizar “forzando la barra”, ella es de máxima responsabilidad.
Yo sé que tú amas la verdad en lo íntimo; en lo secreto me has enseñado sabiduría."  Salmo 51:6

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