22 mar 2011

El Espíritu Santo

El Espíritu Santo es la mayor dádiva que el ser humano pueda tener. Nada de lo que se posea supera Su grandiosa presencia; es el mayor bien; es la esencia de Dios.
Jesús dijo: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo”, (Hechos 1:8). Tener al Espíritu Santo es como tener una vacuna. Uno se relaciona con gente “infectada” por cosas negativas, pero usted tiene inmunidad espiritual, dada por el Espíritu Santo.
Vivimos en un mundo lleno de maldiciones, pero quien fue bautizado por el Espíritu Santo sonríe, vive confiado, es la vacuna divina que nos mantiene inmunizados contra las infecciones malignas. Quien recibió al Espíritu Santo tiene un blindaje impenetrable, lleva en sí el ADN de Dios, está totalmente protegido con el escudo Divino.
Además, el Espíritu Santo nos guía. En todo momento necesitamos tomar decisiones, y si tomamos una mala decisión sufrimos las consecuencias. Él nos da sabiduría, inteligencia, dirección; es nuestro consolador cuando pasamos momentos tristes. El Espíritu Santo es el “sobre” de Dios, encima de nuestro “natural”, convirtiéndonos en seres sobrenaturales; es el “extra” de Dios, encima de nuestro “ordinario”, convirtiéndonos en extraordinarios.
Recibir al Espíritu Santo tiene que ser la prioridad de su vida, debe luchar con todas sus fuerzas, empeño y dedicación, porque quien Lo recibe está equipado con todo lo necesario para vivir la vida, ser un vencedor y permanecer para siempre.
Es más importante que un empleo, una pareja, que la cura de una enfermedad, usted necesita entender esto y querer al Espíritu Santo, una vez que eso sucede, hay tres pasos para obtenerlo.
1.- Ser consciente de que nadie es bautizado por merecerlo. Si usted piensa que tiene méritos, nunca lo recibirá. Debe buscarlo con todas las fuerzas y de todo corazón por medio de la fe en el Señor Jesucristo.
2.- Quererlo de verdad. Todas las demás cosas que usted quiera pueden quedar en 2º o 3º lugar, el Espíritu Santo debe ser su máxima prioridad. Tampoco sirve quererlo porque otro lo tiene. Sólo pasarán la eternidad con Dios quienes reciban al Espíritu Santo.
3.- Debemos pensar en Él en casa, trabajo, calle, iglesia, en cualquier lugar. Es como un noviazgo, cuando uno está enamorado, siempre termina pensando en la persona amada. Quien quiera recibirlo debe estar enamorado del Él. Por eso el diablo quiere desviar su atención con pensamientos negativos.
No importa el tiempo de iglesia que tengamos, jamás dejaremos de ser atacados por malos pensamientos. Que esos pensamientos aparezcan es una excelente señal de que vamos por el camino correcto. Tentación no es pecado, el pecado es caer en la tentación.

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