Huum... ¿usted ya escucho esto? ¿O ya habló así?
Vea lo que Dios quiere...
Cuando decimos que “queremos servir a Dios como siervos,” no décimos: Yo quiero ser líder, yo quiero ser la encargada del grupo A, B o C, yo quiero esto o aquello... ¡NO! Lo que décimos es que queremos servir a Dios donde Él nos mande. ¿No es cierto?
Entonces, ¿porque muchas se ponen tristes por no ser recompensadas por una posición? O dicen que no pueden hacer más para Dios por esto o aquello.
Si usted también piensa así, ¡usted está perdiendo mucho tiempo! Pues, la sierva de Dios, aunque no sea la líder, la encargada de esto o aquello, ¡ella sirve a su Señor con Alegría en cualquier lugar! Ella no se queda triste porque le quiten algo, pues ella sirve a Dios. No importa en donde ella sea colocada, ella hace de limones una limonada como dice la señora Viviane.
Ella brilla cuando hace las cosas para Dios, cuando ella no se preocupa con su imagen (¿que van a pensar de ella?), ella es la misma persona cuando está dirigiendo un grupo y cuando esta auxiliando, cuando está haciendo algo insignificante a los ojos de los hombres...hasta en esto, ella ve la importancia y santidad, porque ella hace las cosas para Dios y todo lo que hace da fruto.
Yo siempre escucho que dicen: ¿Quiere conocer una persona? De todo para ella y después quíteselo. En ese momento usted conocerá quien realmente es ella. (Eso es muy cierto)
Quien sirve a Dios, quien tiene amor por la obra de Dios, amor por las almas, no se preocupa con esas cositas (ah...yo no soy más esto o aquello, estoy decepcionada...van a pensar que no estoy bien).
Quien ama servir a Dios, hace la diferencia hasta limpiando el baño, porque está sirviendo a Dios y no a sí misma. Quien sirve a Dios, no se preocupa con su imagen, o por lo que las personas van a decir de ella, porque ella sabe que ella misma es una bendición, y en donde ella este hará la diferencia, porque ella hace las cosas para su Señor Jesús.