Al
referirse a si mismo como la vid verdadera, el Señor Jesus esta
diciendo claramente que existen vid falsas. Para comprender eso mejor,
El nos trae la figura de la poda. Vea que solamente las ramas que dan
frutos son podadas. Aquella que no da frutos, el Padre simplemente
corta. La poda existe para la rama que trabajo mucho durante su estación
fructífera, la poda es para prepararla para la próxima estación, ella
consiste básicamente en limpiar y cortar aquellos gajos y hojas que,
aunque parezcan “bonitos y bellos”, imposibilitaran la plena
fructificación si no fueran sacados.
En
nuestras vidas, Dios nos poda con el objetivo de eliminar justamente
esos gajos y hojas que parecen “bellos”, pero no lo son. La poda es
dolorosa para nosotros. Normalmente significa despojarse de alguna cosa,
no necesariamente mala en si misma, como: Prioridades, poder,
influencia, dinero, tiempos, títulos, sueños o cualquier otra cosa que
pueda sacarnos de nuestro objetivo, ella viene para bendecirnos, sacando
aquello que podría impedirnos de fructificar en abundancia y calidad en
la próxima estación.
Si
nuestro Dios no se importara, simplemente no podaría y, nos dejaría
secar sin dar más frutos. La poda de Dios pretende que la rama alcance
su potencial pleno en el Reino de Dios
Si
observas un árbol después de la poda, el no tendrá un aspecto muy
agradable. Por el contrario, parecerá “vació” y “feo”. Pero, estará
preparado para el que todavía vendrá, para dar los frutos en la próxima
estación.
Por
otro lado, la vid falsa continuara pareciendo linda, bonita, y estará
llena de gajos y hojas. Sera inicialmente confundida con un buen árbol
por muchos. Pero el tiempo pasara, y el no dará frutos en abundancia y
calidad. Por eso, debemos sujetarnos a la poda de Dios en nuestras vidas
para disfrutar de las bendiciones de ser vaciadas de todo lo que no sea
esencial para El, aunque sean cosas que parecen bonitas y deseables. La
poda viene, no porque pecamos, pero si porque dimos frutos.
Los
periodos de poda serán dolorosos, serán tiempos de renuncia...pero,
Dios nos conoce, El nos esta preparando, El sabe cuales son los gajos y
hojas que El necesitara sacar. Siempre existirán ramas más llenas, que
parecerán más lindos a los ojos de los hombres, pero no darán frutos. La
próxima estación vendrá, y Dios, más que nadie, conoce nuestro
potencial para el Reino de El, y quiere usarnos en su plenitud.
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